Nixe Palace

Hotel Santos Nixe Palace 5*, un hotel con alma

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Nuestra historia se remonta al año 1872, cuando el Archiduque Luis Salvador de Austria llega a Mallorca a bordo del velero Nixe, y queda fascinado por nuestros paisajes, naturaleza y gentes. Podemos decir que este bohemio aristócrata, escritor, pintor e ilustrador fue el descubridor de las Baleares cuyo navío dio nombre a nuestro querido Hotel, al permanecer fondeado durante muchos años en la bahía de Cala Major. La figura mitológica Nixe es la Sirena ubicada en la proa de los navíos, cuya misión era asegurar la buena suerte en las travesías. A día de hoy podemos decir que nuestro barco Nixe sigue navegando a toda vela sobre el mar turquesa de Cala Major.

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El hotel abrió por primera vez sus puertas el 5 de junio de 1957. Los fundadores del Nixe fueron personas de mucha relevancia en Mallorca. Formaron una sociedad entre los que se encontraban el alcalde de Palma Don Gabriel Alzamora y el arquitecto D. Francisco Casas que puso el solar. Esta asociación puso al mando del barco Nixe al Sr. & Sra. Bensa, ambos militares de alta Graduación de la Resistencia Francesa de la 2ª Guerra Mundial. D. Nicolás Bensa y su mujer fueron muy estimados y respetados por todo el equipo que formaba el primer Nixe.

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Fue uno de los primeros hoteles de lujo que más destacaba en las islas y en aquella época contaba con mucho más personal que clientes. Así me lo relata un antiguo trabajador, Paco Morente, un entrañable jubilado que cada vez que entra en el hall no puede contener la emoción. Nuestro querido Paco entró en el Nixe como 2º jefe técnico en 1960, por aquel entonces un joven y apuesto malagueño de 23 años, que vino a Mallorca con ganas de comerse el mundo. Recuerda huéspedes de la talla de Grace de Mónaco, Rita Hayworth, la esposa del General Franco, grandes empresarios internacionales, actrices como Sara Montiel y Concha Velasco, entre otros. Cuenta muy entusiasmado cómo conoció a su mujer en el Nixe, una guapa camarera, que es la madre de sus dos hijos. Los primeros años estuvieron colmados de ilusión, trabajo duro, pasión y entusiasmo; para él, el Nixe era y es su segunda casa y familia. Por ello me describe con nostalgia cómo se aferró a su puesto de trabajo en los años en que el hotel se cerró. Rondaba el año 1987 cuando las puertas del Nixe dejaron de abrirse, no obstante Paco y algunos compañeros siguieron trabajando y cuidando de este emblemático establecimiento. Recuerda noches en las que él vigilaba las instalaciones y algunos oportunistas querían entrar en el hotel con ánimo de llevarse material o cualquier objeto de valor. Él daba la alarma con un silbato que llevaba colgado para que todo el equipo defendiera el “barco”. ¡Vaya aventuras! me dice sonriendo.

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Corría el año 1996 cuando nuestra estimada Familia Santos se interesó por el Nixe, siendo Paco el encargado de enseñar las instalaciones a Don José Luis Santos. Recuerda con mucha gratitud como le ofrecieron seguir trabajando en el Hotel, pero decidió jubilarse con mucho orgullo y satisfacción. Su último día se llevó una gran sorpresa, pues le homenajearon con el “cenicero de plata” y una placa de “Míster Nixe 1961”. “¡No deja de sorprenderme, Paco!”, le exclamé entre risas. Nuestro amigo, a día de hoy, sigue asistiendo a nuestras fiestas de personal con una gran sonrisa y alegría. Todo el equipo está encantado de compartir estos momentos a su lado.

Tras la adquisición por parte de la familia Santos, el Hotel fue reformado completamente y por fin volvió a abrir sus puertas. Nuestro carismático barco zarpó de nuevo hacia un prometedor y brillante destino.

Era un sábado de Noviembre de 2017 cuando, en pleno cóctel, uno de los invitados de la boda me preguntó si era la organizadora del evento. “¡La misma!”, exclamé con una gran sonrisa; “¿en qué puedo ayudarle?”. Muy entusiasta, me comentó que había trabajado en el Hotel Nixe hace ya muchos años. En su expresión se percibía que estaba muy emocionado de subir al Barco Nixe de nuevo, pero esta vez como invitado de un Gran Día. No pude resistirme a invitarle a un café posteriormente para que me contara con todo detalle su experiencia. Así pues, conocí a Toni Serra, un taxista muy agradable y jovial de 62 años.

Corría el año 1969 cuando un joven inocente de 14 años empezó a ejercer de botones en el Nixe. “Tuve mucha suerte, entrar en el Hotel era más difícil que entrar en un banco por aquel entonces. Fue mi casa y mi escuela”, recuerda con mucho cariño. Muy orgulloso, lucía su uniforme impoluto; llevaba gorra, guantes y el logo “NP” bordado en la chaqueta. Abría y cerraba la puerta principal del hotel, hoy día giratoria. El equipaje de los clientes siempre se transportaba por la puerta del personal. Además, me cuenta con una pícara sonrisa que los botones iban a un bar de Palma a comprar tabaco de “contrabando” para los clientes. Entre otras tareas recuerda que los huéspedes dejaban sus zapatos fuera de las habitaciones, en los pasillos, para que los valet se los limpiaran. Siempre llevaba un mechero en el bolsillito del uniforme, cosido a propósito, para dar fuego a todo aquel que fumara. Me comenta muy gracioso que en el hall del hotel había cabinas telefónicas y cuando llamaban a algún huésped por teléfono, algo tímido, iba con una pizarra y un timbre por el restaurante para avisar al cliente de que tenía una llamada. “¡Vaya vergüenza pasaba al principio!”, me cuenta entre risas. Pasado un tiempo ascendió a facturista y acabó como recepcionista. A día de hoy, todavía se acuerda de algo muy concreto: cuando entrabas al Nixe te envolvía el olor de los croissants recién hechos. Me explica que la pastelera de aquel entonces era muy famosa, de hecho cuando el Rey Juan Carlos I visitaba el Palacio de Marivent, la gobernanta del palacio venía a buscar el desayuno expresamente al hotel.

Durante aquellos años, me detalla, los hoteles iban “a toda pastilla”, ¡no miraban costes! Había más de cincuenta ascensoristas, una quincena de botones, etc. El turismo de la época, principalmente británico y escandinavo, gastaba mucho dinero y era muy exigente. Tuvo el placer de trabajar al lado de Paco Expósito, nuestro querido amigo del que he hablado anteriormente. “Fuimos muy buenos compañeros de batalla”, menciona muy alegre. Disfrutó mucho de su labor durante 18 años y a día de hoy se emociona muchísimo al volver a pisar el Hotel. La verdad que fue muy conmovedor escucharle y ver todas las fotografías y recuerdos que trajo.

Estos relatos son dos de muchos, los cuales nos transmiten que los valores de esta Casa, han dejado una profunda huella a todo aquel que ha formado y forma parte del Nixe. Los sentimientos que nos llegan al escuchar estas experiencias dan forma a un hotel con alma, dan forma al Hotel Santos Nixe Palace 5*.

Autora: Delia Guzmán García
Sales Executive y Community Manager HOTEL SANTOS NIXE PALACE 5*